domingo, 12 de septiembre de 2010

Luz de luna y fuego....


Cuando se hizo aquella noche, todas las realidades y ficciones convergieron en una sola, Tú. Ahora sí que tenía sentido ese apartamento. La soledad del mar, la marina y los vientos, habían merecido la pena aunque solo hubiera sido por unos minutos en mi silla, tu silla para siempre y mi portátil, tuyo también desde ese momento. Tus ojos aquella noche, eran dos lunas y mi corazón todo un planeta hermoso como la tierra, se dejaba mirar por ellos y los disfruté durante horas. Qué recuerdos de aquel fuego y que bonitos empezares en nuestra historia común. Besito...cielo.

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